Por José Luis Marrero
@joseluismarrero
El arma más valiosa que todo educador debe poseer es el
conocimiento de lo que su quehacer produce en los alumnos. La evaluación, y los
principios en los que se fundamenta, ha sido muy discutida y enjuiciada en
diversos momentos de la historia de la educación. Pero algo hemos aprendido y valoramos
como imprescindible: nos permite conocer qué hemos hecho, cuánto nos ha costado
conseguirlo y qué se nos ha quedado en el camino para que nos sintamos
empujados a encontrar nuevas formas de alcanzar los objetivos inacabado.
@joseluismarrero
Por esta razón, el iPad se nos puede convertir en un
instrumento clave dado que nos permite la recogida de información de un modo
más directo y eficiente. Hay múltiples modos pero quería ahora destacar el
hecho de convertirse en un útil contenedor de las evidencias que suponen los
trabajos de los alumnos. La evaluación formativa, aquella que estudia la
adquisición de destrezas y objetivos a lo largo del quehacer docente-discente,
posee aquí un gran aliado que aportará mucha información al profesor. Los ya
conocidos “portfolios electrónicos” pueden apoyarse y desarrollarse ampliamente
en diversas aplicaciones que funcionan muy ágilmente sobre el iPad como son showbie, evernote, dropbox, etc.
La evaluación final tiene también grandes aplicaciones en
las que desarrollarse adecuadamente. Merecen la pena ser nombradas grandes
ejemplos como socrative, nearpod o eclicker. Todas ellas ofrecen al
profesor la posibilidad de recibir información inmediata de las pruebas
evaluadoras a las que los alumnos se someten.
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