Por @joseluismarrero Los que me conocen saben lo mucho que me gusta usar la tecnología en el aula. Pienso que abre caminos, te hace conectar con los alumnos, les descubre nuevas fronteras de aprendizaje… De hecho, el proceso de poner en marcha el “iPad Programa de Innovación Educativa” está unido a la consecución de muchos de estos objetivos dentro de la escuela.
No podemos seguir enseñando como hace un siglo, secuencialmente un objetivo tras otro, todos en el mismo orden; todos los alumnos a la vez… sin que nadie se salga del plan previsto; todos quizás al ritmo del más lento por el noble deseo de no dejar a nadie atrás…; todos con el mismo proceso de evaluación con que evaluaban a nuestros abuelos…
No. El problema de la educación y de los sistema educativos es que no evolucionan tan rápidamente como lo hace la vida, los seres vivos, que van incorporando, a través de la cultura, todo lo que la generación anterior ha descubierto, conseguido y transmitido. Los docentes entonces tendremos que “inventarnos” para que, dentro de un sistema educativo cerrado y previsible, abramos puertas y le hagamos dar un salto hacia el siguiente escalón… donde ya nos están esperando los alumnos…
Y este objetivo tan ambicioso… nos lo permite la tecnología. Pero sabiendo que no podemos caer en la red de convertirnos en “reos” de la propia tecnología. Es un medio, solo eso, potentísimo en las posibilidades que permite… pero solo sigue siendo eso: una herramienta.
Si tenemos claro esto, y tras tres años de trabajo intenso en la puesta en marcha y desarrollo del proceso, me aventuro a proponer los siguientes consejos en la imagen que adjunto en esta entrada. Espero que les hagan ser mejores al darles la necesaria perspectiva y distancia para reflexionar en su trabajo diario con los alumnos y alumnas.
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